Sofía Santaclara y Sandra Estrada, dos formas maravillosas, en Vértice

Me envía mi ex alumna de uno de los cursos de Radio de Extensión Universitaria, y desde hace algunos años fotógrafa, Sofía Santaclara, la invitación de su nueva exposición "Cuarto de maravillas" en la galería de Arte Vértice. 

Ya sabéis que el Cuarto, o Galería de Maravillas era esa especie de gabinete que tenían los ilustrados coleccionistas, a partir del siglo XVI, donde recopilaban todo tipo de curiosidades: insectos, conchas, minerales y pequeñas joyas botánicas y cuya denominación adoptó Sofía para bautizar su exposición.

Mi ex alumna aventajada, se había convertido en una espléndida y entregada profesional de la fotografía, y quise comprobarlo con mis propios ojos.
Ya no había podido acercarme el año pasado a la anterior, en Texu, así que hasta allá que me fuí en una tarde, como la del jueves, pre otoñal, con niños en autobuses escolares y alternancia de sandalias y botas en los pies femeninos, por las calles.
 

Alumna, entre otros del afamado fotógrafo Jorge Alonso, fragmenta esta exposición, colgada en esta estupenda galería regentada por Luis Hernando y su mujer Rosa hasta el 27 de octubre, en diversos argumentos: El iris de Pandora, donde la fotógrafa quiere plasmar "Qué no vió Pandora cuando abrió la caja?" y que podemos admirar, en parte, en las dos fotografías que están sobre este texto; La caja de las algas y la muy admirada serie de Lepidópteras que contó con la participación de numerosas mujeres (familia, amigas y hasta ella misma).
En la imagen inferior, Sofía con Jorge Alonso.

                                                                                 
"La muerte da miedo, pero a mí me encanta, suelo ayudar con los huesos y calaveras a mi hijo, que estudia Medicina y los requiere para sus aprendizajes, es una forma de ahuyentar los miedos sobre ese tema" me explicó poco antes de la llegada de todas sus amistades y seguidores.

Sobre una mesa, un maravilloso libro hecho a mano por la autora, con todas las fotografías de la muestra, realizadas sobre pigmentos naturales sobre papel algodón y unos guantes blancos, de gamuza, al más puro estilo subasta de lujo, a la venta.


Otra muestra de su imaginación: tubos de cristal con montaje fotográfico y peces de la especie "guerreros de Sión". 
En esta composición se comprueba lo que la artista afirma en su mini y preciosista catálogo: "Mi trabajo tiene un fuerte componente experimental y muchas veces mis obras no finalizan en la propia fotografía y aspiran a la tridimensionalidad".

                                                                            
Y, por último, sus reconocidas Lepidópteras. 


Y el texto que escribió su hijo, Miguel Rual, sobre la idea sugerida.
Miguel, que es un portento en sus estudios, aparte de estudiar Medicina, escribe poesía y ha participado en su totalidad en la edición del actual número de la revista Clarín. Junto a él, la madre de Sofía, Concha Díaz a los que más tarde se les uniría el marido de la artitsta, Miguel.

Bajo el texto, Miguel (hijo), con su madre Sofía y una amiga.

                                                                                   

A la inauguración se acercaron numerosos amigos, familiares y admiradores de la inquieta y perfeccionista Sofía, como la directora de la Alianza Francesa, Sabrina Clemente, los veterinarios Alfonso Terán y su mujer, Cristina, el estomatólogo mierense Jaime San Narciso, la también fotógrafa Marta Areces, la galerista del Principado (Sala Borrón) María José Baragaño y artistas asturianos como Cuco Suárez o Luis Repiso, entre otros.
En la foto de abajo, Santaclara con la autora de este blog.

                                                                                            
Pero Vértice me reservaba otra sorpresa, y es que acogía, en otra de sus espacios, la obra pictórica y sonora de otra artista asturiana, Sandra Estrada, a cuya familia conozco desde que era pequeña y con la que ya había hablado hace un año de este proyecto, ya hecho realidad, en la presentación del "Catálogo razonado" de la obra del magistral, aunque no demasiado conocido por el gran público, Luis Fernández, rescatado y promocionado en el Museo de Bellas Artes por su tío, el periodista Lalo Azcona, recién nombrado presidente del Consejo Social de la Universidad.

Sandra es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, técnica superior de Grabado en la Escuela de Arte de Oviedo, aparte de otras muchas titulaciones, alguna internacional, y lleva desde los doce años pintando, creando y exponiendo en diversas muestras.
Ha participado de muchas exposiciones colectivas, no sólo en Asturias, y ésta, "El sonido de la forma" es su primera individual.


Sandra me explicaba, tras preguntarle el porqué del sonido de sus cuadros, como el contemplado arriba, que, para la creación de estas obras se inspiró, como suele, en el planteamiento de la pintura desde el hecho vital. 
"Pintando una montaña, quise cantar su silueta desde los graves a los agudos, colocándole un pentagrama en la cota de altura que me interesaba. Así se va dibujando una línea de sonido y se genera una sinestesia (la perecepción conjunta de varias sensaciones en un mismo acto sensitivo), en este caso, la unión del Arte Plástico y de la música".

Bajo estas líneas, dos fragmentos de la obra pictórica de Sandra Estrada. 
El negro, el blanco y el añil, protagonistas de su paleta...


Para la "musicalización" de los cuadros, Sandra contó con Mind Revolution, colaboradores de diversos artistas en creaciones de audio. Sandra les pasó su obra previamente y, basándose en esas imágenes, extrajeron las líneas de relieve digitalmente y las introdujeron en un software que convirtió las líneas de dibujo en ondas sononoras.

Imágenes capturadas de la web de la Galería de Arte Vértice: www.vertice.com 

                                                                                                                                                            
Sandra estuvo acompañada por sus padres Miguel Estrada y Pili, su hermano Miguel, su tío Eduardo Estrada y la esposa de éste, Toya Azcona y su tía Olga Estrada.

                                                                               
En Oviedo, a esa hora, también se inauguraba la 1ª Feria de Arte, en el edificio de Trascorrales, antigua Plaza del Pescado.

                                                                             
Cuando salí de Vértice, ya era noche otoñal, algo fresca y casi solitaria la calle pero, entre el entusiasmo y creatividad de Sofía Santaclara, y la rotundidad y vibración cromática de la obra de Sandra Estrada, me sentí como nueva.                                                           
                                                                                  
                                                                                                 

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