La mimosa: la flor naturalmente pudorosa

Hoy, de nuevo, os traigo flores.

Son flores de temporada. En esta ocasión, su nombre científico determina su especie, pues nuestra protagonista de hoy es la Acacia Dealbata, pero nosotros en Asturias, e imagino que en casi toda España, la conocemos con el nombre de "mimosa". 
                                                                                  

 Aunque las hay de tono violeta-rosado, la mimosa a la que me voy a referir en este post es la del amarillo vibrante, la también sensible y tímida, la que luce ya suave, brillante y espléndida en los árboles que nos la regalan con generosidad.

La podemos ver también en ramos, en los distintos mercados de las ciudades, y no digamos inmortalizadas en los cuadros pintados por manos femeninas, familiares y pretéritas. 

Su imagen es un tanto nostálgica, verdad?
                                                                               

No ha sido nunca una de mis flores preferidas, sobre todo por su aroma, pero su presencia estos días en los árboles y ramos me transporta directamente a diversos rincones de mis recuerdos y, de alguna manera, le tengo cierto aprecio.

Vinculo las mimosas a aquellas visitas de presentación que hacíamos algunos de los periodistas del equipo inicial de la extinta emisora municipal Radio Vetusta por los centros sociales rurales del municipio de Oviedo, coincidentes dichos periplos con la etapa de floración de esta especie. 

Recuerdo que entonces me llevé en mi viejo R5 algún ramo regalado por alguno de los alcaldes pedáneos de la zona rural. Recuerdo su olor que perfumaba el habitáculo del coche, intenso y un tanto ácido.

Asimismo vinculo los tallos finos y flexibles de las mimosas con los esquejes que me facilitó en su día una querida vecina, ya fallecida, destrozados por los dientes-alfiler de mi perra Sama, recién llegada a mi casa, en su etapa cachorra, más febril. Aquel árbol nunca llegó a crecer, claro!

Y, además, como sabéis los y las que seguís mi blog, de vez en cuando, y coincidiendo con las estacionalidades de tal o cual especie, me gusta "decorar" este espacio internáutico con alguna de las flores que tenemos al alcance y la mimosa estos días, está en plena temporada.
                                                                                 

Esta especie tiene su capital mundial en Mandelieu-La Naupole, en la Côte d'Azur, donde celebran un festival impresionante, teniéndola como protagonista absoluta.

Asimismo, parece ser que en Italia, y coincidiendo con San Valentín (dentro de unos días), los chicos les regalan a sus novias ramitos de mimosa. También podría ser a la inversa, no?

Su porte es elegante y flexible a los vientos y al sol y parece ser que simboliza la amistad, la ternura y la energía femenina. 

Las mujeres "la hemos adoptado" para celebrar con ella cerca, el próximo 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.
                                                                                

Me encanta el contraste de sus tres tonos: verde acacia, amarillo limón y el grisáceo de su tronco, un tanto plateado, cuya madera contiene un alto porcentaje de taninos, amén de ser un excelente árbol utilizado en la sujección de terrenos.
                                                                                      

Lo que no me gusta tanto es que, cuando cortas unas cuantas ramas y te las llevas a casa, te dejan el coche, la ropa y los muebles perdidos con los pequeños puntitos amarillos de su polen y sus diminutos pétalos... 

Además, su aroma tampoco me vuelve loca, se me hace un poco cargante. Hay personas que afirman que el aroma de mimosa les levanta dolor de cabeza.

Imagino que los perfumeros la mezclan, como se suele hacer, con otros componentes naturales para darle el realce que hace de ella una especie muy utilizada en la creación de nuevas fragancias.
                                                                                    

La pena es que dura poco en los árboles, y cuando ya se pone "pocha" adquiere un tono "oro viejo" que si que me llama la atención y me gusta, igualmente.

Pero hoy es nuestra invitada, y con su visión y presencia en nuestro rincón se nos hace más fácil el tránsito por este gris y revuelto mes de febrero, verdad?
                                                                                  
Pon una mimosa en tu vida...!


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