Días de almuerzos, cenas y buenos deseos
Son éstos unas jornadas en las que se amontonan encuentros, emociones, calorías y gastos. Es Navidad. A pesar de la crisis, los colectivos, amistades y familias nos empeñamos en seguir reuniéndonos sobre una mesa, un mantel, unos cubiertos y unas viandas para compartir y celebrar, a fin de cuentas, le hecho de encontrarnos con personas que, en teoría, comparten en ese momento, lazos laborales, de intereses, amigables, o familiares. Son circustancias que nos unen, a veces forzadas, otras, voluntarias, y para las que, en estos días anormales, les hacemos un hueco entre lo habitual de cada jornada. A mí, en concreto, siempre me ha chirriado el término "cena de empresa". El término y, en algunos casos, el hecho propio de la celebración. No ha sido el caso de mi primer almuerzo celebrado con mis colegas de A.P.I.T. (Asociación Profesional de Informadores Turísticos de Asturias) a la que pertenezco