Peregrinos somos y en el Camino nos encontraremos

                                                                                                                                                         
Aunque realmente el dicho sea "Arrieros somos y en el camino nos encontraremos" y el verdadero significado de esta frase de origen castellana venga a hablar del deseo de vengar en el futuro, rencillas del pasado, nada más lejos de mi intención en el parafraseo de la misma, al utilizarlo como título de este post.
Arrieros=Peregrinos; Camino, en este caso de la peregrinación, bien de la vida en general, bien, como se trata, del Camino de Santiago, ya que será de lo que hable a continuación.


                                                                             
En mi trayectoria como guía de Turismo del Principado de Asturias y guía oficial de la Catedral de Oviedo, me estoy encontrando con la sorpresa de que muy poca gente, y curiosamente también entre los locales, conoce el hecho de que Alfonso II el Casto fue el primer peregrino, creando él el Camino Primitivo al partir desde Oviedo a Iria Flavia, para venerar los restos hallados del apóstol Santiago.

En la ciudad de Oviedo hay personas que han hecho de este camino, su argumento, casi vital, para crear una Asociación que es la Astur Leonesa de Amigos del Camino de Santiago.
La Asociación fue creada en 1990 por el sacerdote Celestino Castañón.

En Oviedo hay dos albergues de peregrinos muy próximos.
El primero, a unos metros más allá, en la calle San Pedro Mestallón 1, fue inaugurado en 1993.
El segundo, abierto en abril del año pasado, se encuentra en una pequeña vena de esta arteria, que es la calle Adolfo Posada, ambas en la zona de la iglesia y colegio de los Dominicos.

Es ésta una curiosa calle peatonal, sin salida, toda ella conformada a ambos lados por pequeñas casitas de la primera mitad del siglo XX, un curioso reducto de la historia de la zona, y un privilegio imagino, para los que allí viven. Allí se encuentra el nuevo Albergue de Peregrinos de Oviedo "El Salvador".

La convocatoria, en los últimos días de este otoñal mes de agosto, anunciaba el recibimiento del peregrino número 3.000 y el acto, convocado por la Asociación, también estaría auspiciado por el Ayuntamiento de Oviedo.

       
El edificio, que pertenece a los dominicos, había sido anteriormente sede de Cáritas y el Ayuntamiento lo ha habilitado como sede para albergue y para la Asociación.

La candidatura del Camino del Norte (que engloba todas las comunidades autónomas del Norte de España por donde pasa el Camino de Santiago, además de Navarra y La Rioja) intentará, en el próximo 2011, ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ojalá lo consiga!
De momento, en Oviedo, ciudad antaño de peregrinación, los peregrinos, en número discretamente creciente, y en gran mayoría franceses, alemanes, polacos, etc, siguen llegando a este céntrico albergue de la capital del Principado.

Previo al encuentro con el/la protagonista de la tarde, pude pasear por la breve calle y contemplar la variada arquitectura que en los vestigios restantes, muestran las diversas casitas con sus orgullosos propietarios que las cuidan y protegen. Algunas más que otras.

En las dependencias del albergue, un jardín trasero en el que comparten espacio especies arbóreas veteranas: una higuera, una guindal, un limonero, un magnolio y tres coníferas.
La casa, sencilla y funcional, como todos los albergues y con capacidad de acogida para unas treinta y cinco personas, cuenta con varias habitaciones con literas y baño integrado en cada estancia, .
También hay una amplia cocina donde los peregrinos preparan sus comidas.
Sobre la mesa, donde descansaba el libro de firmas del albergue, un joven checo escribía su diario.


Hasta allí se acercó, como peregrino, el anestesista ya jubilado, Javier Portilla, con su concha venera al pecho, con el que compartí, como siempre, una fluida charla. Con él siempre da gusto coincidir.
Aparte del tema común (en muy distinta proporción, obviamente) que es el hablar de su encantadora esposa, la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, Yayoi Kawamura, que este año da un giro, por las necesidades que requiere el nuevo Plan de Bolonia, a su habitual asignatura, Barroco, para impartir Renacimiento (como siempre, lo bordará) también Javier me rememoró sus tiempos de guía de la Catedral, "el primero, allá por el año 1965, pero los curas no me dejaban, me decían que a ver qué iba a contar yo de la Catedral!" me comentaba divertido.

Bien es sabido que, desde hace años, sólo los guías oficiales de la Catedral de Oviedo estamos habilitados para explicar, no sólo las maravillas artísticas de la basílica, sino también todo lo que rodea su significado religioso e histórico, ámbitos siempre tan unidos, aunque desde luego hay eruditos en la materia, sobradamente documentados y preparados.

                                                                                
Juntos saludamos en la espera, al vicepresidente Antonio Crespo, que recibió a la prensa y, anteriormente lo había hecho con la peregrina 3.000, Vanesa Álvarez, que descansaba en el interior del albergue junto a su novio David.
Por allí también se encontraba el hospitalero, Pablo Alberto Sánchez.
Es ésta una figura primordial de los albergues de peregrinos. Es, quién abre y cierra las puertas del albergue, y asiste en todo momento cualquier necesidad de los recién llegados.


                                                                               
Vanesa, ya ante la prensa, posa sonriente con su novio.

Es una joven publicista de Castellón que ya había realizado el Camino Francés a pie, con su madre, el año pasado, pero este año decidió hacer este tramo primitivo y salió junto a su novio, el pasado 15 de agosto, desde Sevilla, para llegar a León y tomar el Camino de El Salvador.

Para agasajarla, la presencia del presidente de la Asociación, José Luis Galán González y el concejal de Turismo del Ayuntamiento, José Ramón Pando, acompañados de otros miembros de la directiva como la vocal de Relaciones de la Asociación, Maribel Sáenz.


 Un pin, una concha venera y el libro "Oviedo, Patrimonio de la Humanidad" que le enviarán por correo, como regalos para esta joven que, con las piernas estupendamente musculadas, aunque magulladas de pedalear tantos kilómetros, conseguirá, tras reparar las bicis "que nos han dado algún problema" según afirmó, seguir recorriendo su especial Camino, en este caso, el original y primitivo, con salida y llegada, según se haga, en nuestra ciudad de Oviedo.

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