Adiós a Ramón Quesada y una buena noticia para la Cámara Santa de Oviedo

Ayer me he enterado de varias cosas, de entre las que destaco dos: una ilusionante y otra menos alegre.
Comenzaré por ésta, ya que es una despedida y se merece el primer lugar en mi crónica de hoy: la muerte de Ramón Quesada, profesor, militante socialista y, en mi época del paso de niña a adolescente, monitor de tiempo libre.

                                                                          
A Ramón Quesada le conocí en plena pre-adolescencia cuando, junto con mis amigas Bea e Irma, pasábamos las tardes de los sábados de otoño e invierno de aquellos años, en el Oviedo soso y lluvioso que era para unas niñas como nosotras, en los locales parroquiales de San Juan el Real de la Calle Fray Ceferino.
Ramón era monitor del Junior de la Parroquia de San Juan el Real.
No fue el nuestro, ya que de nosotros se encargó, primero Montse, y luego Ismael, que regenta, junto con su esposa, desde hace casi tres décadas el exitoso restaurante Archimboldo, en el tranquilo barrio ovetense de El Cristo.

Ramón Quesada era, dirigidos por el padre Álvaro Iglesias, uno de los monitores más serios y respetados (todos lo eran, pero él más), quizás por ese cierto distanciamiento y esa carga de responsabilidad que conllevaba hacerse cargo de la formación y ya en la temporada de primavera y verano, de las excursiones a las que muchos nos apuntábamos.

Responsabilidad y seguridad en sus directrices para con los chicos y chicas, y según conocen quienes ahora le despiden, también en su vida laboral, como profesor y como militante socialista.

Quisiera desde aquí enviarle mi sentimiento más sincero de apenamiento, a su hermano Eduardo Quesada, presidente del Rotary Club de Oviedo y gerente de la Óptica Quesada, con quién estuve hace casi un año, realizando una de mis crónicas sociales, La Lupa, y también, cómo no a su viuda Marisa, a quién no conozco, y al resto de su familia.

Se que el funeral en "su parroquia" de San Juan, va a ser un acto sincero de dolor y de despedida a su amigo del alma, por parte de su otra familia, la de la iglesia de San Juan.
A un ser entero, demasiado joven para la despedida eterna, a sus tan sólo 51 años.
Hasta siempre, respetado monitor.


Con un acento cultural (a Ramón le habría encantado) y esperanzador, también ayer conocí otra noticia, avanzada en conversación informal, entre cuadernos, lápices y centímetros, pertenecientes al profesional protagonista de la misma, cuyo nombre me váis a permitir que mantenga por el momento en el anonimato, y servidora, como Guía Oficial que soy de la Catedral de Oviedo.

Parece ser que ciertas zonas (externas e internas) de la Cámara Santa gozarán de unos merecidos cuidados, pequeñas restauraciones, que harán que nuestros visitantes, y nosotros mismos como guías, disfrutemos aún más si cabe, explicando a quiénes se acercan hasta la Sancta Ovetensis, ya con el lustre y el esplendor que se merece el Apostolado (casi contemporáneo del del Maestro Mateo en Compostela) y otras partes de la misma las Sagradas excusas por las que, peregrinos de todo el mundo, llegan hasta Oviedo, tomando el Camino acertado: el del comienzo, iniciado por el Rey Alfonso II el Casto y que llegó hasta el lugar que hoy todo el mundo celebra: la Catedral de Santiago de Compostela.
                                                                            

                                                                                 
                                                                              
Pero no os olvidéis nunca de que: "Quién va a Santiago y no visita El Salvador, visita al criado, y no al señor".
                                                                               

Comentarios

  1. Anónimo5.7.11

    Querida Regina, es precioso lo que has escrito de Ramón. Tenía un gran recuerdo de aquellos tiempos de San Juan que yo no conocí porque vivía fuera. No sabía que habíais coincidido.

    Nosotras si nos conocimos,¿te acuerdas de ese pequeño grupo que teníamos en el CAP, hace ya bastantes años?, yo era una de esas personas. Recuerdo momentos muy agradables contigo y con el resto.

    Un abrazo.

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