Luis Liz Marzán: Premio DuPont a la transmisión óptica

                       
                                              Foto: Armando Álvarez

Veinte años del Premio DuPont. Hotel de la Reconquista el pasado 8 de febrero. Todo el equipo directivo de DuPont Europa y cuarenta profesionales llegados de EEUU, capitaneados por Thomas Connelly, vicepresidente mundial de Ciencia e Innovación de la empresa, para celebrar este aniversario. Casi trescientos invitados acomodándose en las sillas colocadas en la Capilla y en la tribuna superior de la misma. La fluidez y el desarrollo compacto del acto, rubrica la experiencia y calidad de la empresa celebrante. En la puerta, el director general de DuPont ibérica, Enrique Macián recibía relajadamente a los invitados. Un abrazo sentido con el primer director general de DuPont, Germán Lastra, quién introdujo a Macián en la región. Madrugador el presidente del jurado, Santiago Grisolía y su esposa Frances Thomson, siempre muy elegante, esta vez de negro. Va llegando también, habitual en la cita anual, la esposa de Mario Soares, María Barroso y su nieta Inés (DuPont premia a científicos de España y Portugal y comparte sede con este país). En una  piña, la Guardia Civil, muy vinculados a DuPont: el coronel José Feliz Cadenas, los tenientes coroneles Juan Bautista Martínez-Raposo y Eduardo M. Viqueira, el teniente del subsector de Tráfico, Javier L. Alegre y el comandante Alberto Aguilera, junto con Carlos Colubi director del Área de Trabajo de la Delegación de Gobierno.
Encantadores y muy sonrientes, imperturbables siempre ante el acontecer de las cosas, el presidente de la Real Academia de Medicina de Asturias, Manuel Álvarez-Uría y su mujer Pilar Tejero; investigadores como el vicerrector Santiago G. Granda; la directora de la Fundación Príncipe de Asturias Teresa Sanjurjo y otros invitados como el ecologista Carlos Lastra, presidente de ANA y hermano del impulsor de DuPont en la región, como he comentado, Germán Lastra; Antonio Landeta, el rotario Juan Pérez Zaldívar, y varias profesionales como Carmen Alonso y Rosa Paredes (BITIA) y Begoña Busto de Grupo ISASTUR, entre otros. En la primera fila, la esposa del premiado de esta edición, el catedrático de Química Física de la Universidad de Vigo, el joven científico Luis Liz Marzán, Charo Basteiro y sus hijos, Sofía y Pedro, acompañados de la mujer de Macián Mª Dolores Castello.
En los primeros asientos, varios de los premiados “los mejores bioquímicos de España” como afirmó Macián: Carlos López Otín, Carlos Martínez, Rosa Menéndez, Andrés Maldonado, o José Joaquín Barluenga. Presidiendo la ceremonia, ante todo el público que abarrotaba el precioso recinto octogonal, amén de Grisolía y Macián, el secretario de Estado de Investigación Felipe Petriz, el consejero de Educación Herminio Sastre, el rector Vicente Gotor y la secretaria del Jurado, presidenta de FYCIT y maravillosa glosadora de premiados, Ángeles Álvarez. La necesidad de producir más alimentos y más energía como reivindicaciones iniciales, se mezclaron con la historia de la Copa de Licurgo, hecha con plasmones coloides, que transforman la luz a su paso por la superficie y hacen que, en vez de una copa, veamos dos.
Por otros veinte años más de mágicas leyendas y secretos humanos que se hacen realidad y que, además, son reconocidos internacionalmente por sus decisivas aportaciones a la Humanidad.

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